Aquí te ofrecemos una muy breve lista de clásicos juveniles que pueden acompañar la
adolescencia y hacer pasar un rato inolvidable:
La isla del tesoro, de Robert Louis Stevenson.
Un emocionante viaje pirata en busca de tesoros.
Momo, de Michael Ende.
La historia de una niña que lucha contra los ladrones del tiempo.
Alicia en el País de las Maravillas, de Lewis Carroll.
Una aventura surrealista llena de imaginación.
Las aventuras de Tom Sawyer y Las aventuras de Huckleberry Finn, de Mark Twain.
Narran las aventuras de dos jóvenes (el segundo es secuela) en un pequeño pueblo del río
Mississipi, explorando amistad y libertad.
Mujercitas, de Louisa May Alcott.
La vida y desafíos de cuatro hermanas en su camino a la adultez.
El jardín secreto, de Frances Hodgson Burnett.
Un relato sobre el crecimiento personal y la conexión con la naturaleza.
El libro de la selva, de Rudyard Kipling.
Relatos sobre las aventuras de Mowgli, un niño criado por lobos en la selva india.
El principito, de Antoine de Saint-Exupéry.
Un símbolo universal que aborda temas como el amor y la amistad desde la entrañable
mirada de un niño.
Robinson Crusoe, de Daniel Defoe.
La historia de un náufrago que sobrevive en una isla desierta.
Los tres mosqueteros, de Alejandro Dumas.
Narra las aventuras de Athos, Porthos y Aramis, junto con su amigo d’Artagnan en la Francia
del siglo XVII. ¡Todos para uno, uno para todos!
Ivanhoe, de Walter Scott
Las aventuras de un caballero sajón que regresa a Inglaterra tras las Cruzadas, para
enfrentarse al reinado opresor de un príncipe normando. Dato interesante: aparece Robin
Hood.
Las crónicas de Narnia, de C.S. Lewis
Aventuras de niñas y niños que descubren el mundo mágico de Narnia, donde deben luchar
contra la malévola Bruja Blanca.
Harry Potter, de J.K. Rowling
Saga mágica sobre amistad y valentía en un internado muy especial.
Por supuesto, estas propuestas son sólo una pequeñísima muestra de la vasta y divertida
literatura juvenil entre la que puedes escoger muchas obras.